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                                                                   Viernes 8 de Abril de 2022
                  Por qué el mar es salado



                          ADAPTACIÓN LIBRE DE ANTIGUA LEYENDA NORUEGA

                                                                                                        la cacerola. Pero la sopa  –Si consiguiera ese
                                                                                                        con arenques siguió sa-  molinillo, no tendría que
                                                                                                        liendo, más y más, sin de-  viajar tanto - pensó el
                                                                                                        tenerse. Se desbordó la  hombre.
                                                                                                        cacerola, comenzó a        Así que fue en busca
                                                                                                        inundar la habitación,  del hermano menor y le
                                                                                                        luego la casa… y empezó  ofreció una suma de di-
                                                                                                        a salir hacia la calle, que  nero millonaria por el
                                                                                                        se iba llenando  de sopa  molinillo. El joven acce-
                                                                                                        con arenques por todas  dió, ya que en realidad
                                                                                                        partes. Y el hermano ma-  tenía todo lo que quería
                                                                                                        yor, asustado, llegó como  y no aspiraba a ser rico.
                                                                                                        pudo a casa de su herma-  El marinero volvió a su
                                                                                                        no pequeño.             barco muy contento, se
                                                                                                           –¡Por favor, haz que  adentró en el mar y dijo:
                                                                                                        se detenga esto!           –Ahora sí, esta es la
                                                                                                           El hermano pequeño   mía. No necesito irme
                                                                                                        dijo en bajo sus palabras  más lejos, fabricaré mi
                                                                                                        mágicas:                propia sal y la venderé al
                                                                                                           TrasquiCrastriTrun.  mismo precio. ¡Me haré
                                                                                                           Entonces todo se de-  rico en nada de tiempo!
                                                                                                        tuvo.                      Y comenzó a mover la
                                                                                                           –¡Esa cosa está ende-  manivela del molinillo:
                                                                                                        moniada! -se quejó el      –Muele sal, mucha
                                                                                                        hermano mayor- ¡Qué-    sal… –decía entre risas el
                                                                                                        datela!                 hombre.
                                                                                                           Pero aquella historia   Y la sal comenzó a
                                                                                                        comenzó a contarse por  manar con fuerza por el
                                                                                                        todas partes. Traspasó  molinillo. En nada, tenía
           Érase una vez dos her-  había prendido fuego. El  ñaré a usarlo. Con él po-  todo esto?      las fronteras y en muchos  el marinero una monta-
        manos, uno pobre y otro  hombre, al verlo, le pre-  drás fabricar todo lo que  El hermano pequeño  lugares ya se sabía que  ña de sal sobre la popa.
        rico. El pobre era muy  guntó:                  desees, pero debes te-  le contó su historia y mos-  existía un molinillo capaz  Pero la sal no dejaba
        bondadoso, mientras que    –¿Qué hace usted por  ner mucho cuidado, por-  tró todo lo que era capaz  de fabricar cualquier  de salir y el barco se llenó
        el hermano rico era bas-  aquí? ¿Qué busca?     que solo parará con unas  de moler aquel molinillo.  cosa.              por completo de sal. Los
        tante  avaro y un tanto    –Oh, perdón, no sé   palabras mágicas…       Y el hermano mayor, que    El poder del molinillo  grumetes saltaron al agua
        tacaño. Aún así, a veces  muy bien dónde encon-    El anciano le explicó  era muy codicioso, pen-  llegó a oídos de un co-  asustados. El barco nau-
        no se veía en otra que  trar el infierno…       cómo manejar el molini-  só en la cantidad de car-  merciante marinero que  fragó con el marinero.
        ayudar a su hermano, que   El anciano se rió y dijo:  llo, y el hermano peque-  ne y alimentos que po-  viajaba por sal al otro  ¡No había manera de pa-
        vivía en una humilde casa  –¡Pues estás al lado,  ño llegó muy contento a  dría moler… ¡sin traba-  lado del océano y luego  rar aquello! Y el molinillo
        y apenas tenía para co-  amigo! ¿Ves esa puerta  su casa. Comenzó a ela-  jar!                  lo vendía bien caro.    se hundió con el barco.
        mer junto con su mujer.  roja de la pared? Allí den-  borar un pavo, ensaladas,  Al cabo de un tiempo,
                                                                                                           Por entonces, el mar    Desde entonces, el
           Era la víspera de Na-  tro está el infierno. Pero  hasta un lujoso mantel de  consiguió convencer a su
                                                                                                        era de agua dulce y la sal  mar es salado, porque el
        vidad, y el hermano po-  ten cuidado. Cuando en-  Navidad y cubiertos de  hermano para hacerse
                                                                                                        se conseguía de unas mi-  molinillo aún hoy conti-
        bre no tenía ni un trozo  tres, van a querer tus tro-  plata. El joven hacía girar  con el molinillo, recor-
                                                                                                        nas muy lejanas.        núa fabricando sal.
        de pan para cenar en No-  zos de tocino, que tienen  el molinillo y decía:  dándole lo que le había
        chebuena, así que fue a  muy buena pinta. No se    –Muele pavo con      ayudado, aunque fuera
        casa de su hermano rico:  los des… al menos que te  manzana, pavo con man-  con poco. Le pagó mil
           –¿Podrías darme algo  den el molinillo que verás  zana…              monedas de oro a cam-
        de comer para esta no-  junto a una pared.         Y el pavo aparecía en  bio, toda una fortuna.
        che, hermano? No tene-     El joven quedó pensa-  la mesa.                 Eso sí, su hermano
        mos nada y es Navidad…  tivo y asintió. ¿Para qué  –Muele sopa de ma-   pequeño no le explicó
           El hermano mayor re-  quería él un molinillo?  risco, sopa de marisco…  cómo funcionaba, así que
        funfuñó:                Aún así, creyó al ancia-   Y ya tenían sopa. Siem-  cuando el hermano ma-
           –¡Me tienes harto,   no. Abrió la puerta y efec-  pre agregaba unas pala-  yor fue a su casa a pro-
        siempre pidiendo! Te    tivamente, accedió al in-  bras muy extrañas al fi-  barlo, sucedió lo siguien-
        daré un trozo de tocino si  fierno. Hacía calor y las  nal:             te:
        te vas al infierno.     paredes estaban reple-     –TrasquiCrastriTrun     Su mujer estaba en el
           –¿Al infierno?       tas de humedad. En se-  (para parar el molinillo).  campo con el trigo y él
           –¡Eso mismo digo!    guida aparecieron unos     Su mujer, al ver aque-  pensó, ¿qué preparo
           –De acuerdo… –dijo   pequeños diablillos rojos  llo apenas podía creerlo,  para comer?… ¡ya lo ten-
        el hermano pobre, pen-  que no paraban de saltar  y el joven le explicó todo  go! ¡Sopa de arenques!
        sando que efectivamen-  y gritar.               lo que había sucedido. Es-  Efectivamente, la
        te la condición a su comi-  –¡Danos el tocino!  taba tan contento, que  sopa de arenques era una
        da era ir al infierno.  ¡Danos el tocino!       decidió invitar a su her-  comida de ricos y su mu-
           El hermano mayor le     Entonces, recordó lo  mano mayor como agra-  jer se pondría muy con-
        dio dos trozos de tocino y  que le había advertido el  decimiento el día de Na-  tenta al verla. Entonces
        el menor entonces co-   anciano y dijo:         vidad.                  comenzó a dar vueltas al
        menzó a andar y andar      –Se los daré a cambio   –¿A tu casa? ¿Y a qué  molinillo mientras decía:
        sin parar, en busca del  del molinillo.         nos invitarás, hermanito?  –Muele sopa de aren-
        infierno.                  Y diciendo esto, seña-  ¿A un trocito de tocino?  ques, sopa de arenques…
           –¿Dónde estará? - se  ló un pequeño molinillo   –No, de verdad, ven y   Y de pronto comenzó
        preguntaba compungido.  que se veía sobre la repi-  lo verán.           a salir sopa con arenques
           Llegó la tarde y co-  sa de una pared. Los dia-  El hermano mayor    del molinillo. Mucha sopa
        menzó a oscurecer. Al   blillos accedieron y el jo-  respondió a la invitación  y muchos arenques.
        fondo de una calle som-  ven salió de allí con el  junto a su mujer y al ver  –Vale, ya está bien -
        bría vio a un anciano que  molinillo bajo el brazo. Al  aquello sintió una terri-  dijo el joven un tanto con-
        se calentaba con unos   verlo, el anciano le dijo:  ble envidia.        trariado, porque la sopa
        trozos de madera que       –Fantástico. Te ense-   –¿De dónde sacaste   ya se estaba saliendo de
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