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EL BURRO Y LA FLAUTA
ADAPTACIÓN DE UNA FÁBULA DE TOMÁS DE IRIARTE
En un depósito el nivel
de agua se duplica todos
los días. Tarda 60 días
en llenarse.
¿Cuánto tarda en
llegar a la mitad?
59 DÍAS
¿Cómo puede
una persona
pasar siete días
sin dormir?
Era un precioso Ni una cosa ni titos y a exclamar, Convencido de SOLO DUERME DE NOCHE
día de primavera. otra: era una flau- henchido de felici- su hazaña, se alejó
En un potrero, un ta que alguien ha- dad: de allí con la cabe-
burro se paseaba bía dejado olvida- –¡Qué maravilla! za bien alta y una
de aquí para allá da. Por supuesto, ¡Pero si es música! sonrisa de oreja a Soy un árbol que
sin saber muy bien el burro no tenía ni ¡Para que luego di- oreja, sin darse siempre llevas en
cómo matar el abu- idea de qué era gan que los burros cuenta de su pro- tu mano
rrimiento. No ha- aquel extraño ar- no sabemos tocar! pia ignorancia. ¿Qué soy?
bía muchas cosas tefacto. Sorprendi- UNA PALMA
con qué entrete- do, lo miró durante Moraleja
nerse, así que char- un buen rato y El burro tocó la flauta por pura casua-
ló un poco con la comprobó que no lidad, pero eso no le convirtió en músico.
vaca y el caballo, se movía, así que Esta fábula nos enseña que todos, algu-
comió algo de ra- dedujo que no en- na vez, hacemos las cosas bien sin pre-
ción y se tumbó un trañaba ningún pe- tenderlo, pero que lo realmente impor-
ratito para relajar- ligro. Después lo tante es aprender lo que nos proponga-
se, arrullado por el golpeó un poco con mos poniendo verdadero interés y pa-
leve sonido de la la pata; el instru- sión en ello.
brisa. Después de- mento tampoco
cidió acercarse reaccionó, por lo
hasta donde esta- que el burro pensó
ba el naranjo en flor vagamente que
por si veía algo in- vida, no tenía. Te-
teresante. Camina- meroso, agachó la
ba despacito al cabeza y comenzó –¿Tienes Wi Fi?
tiempo que iba es- a olisquearlo.
pantando alguna Como estaba me- –Sí.
que otra mosca con dio enterrado en- –¿Y cuál es la clave?
la cola. tre la hierba, una
¡Qué día más te- ramita rozó su ho- –Tener dinero y pagarlo.
dioso! Ni una mari- cico y le hizo cos-
posa revoloteaba quillas. Dio un re-
cerca del árbol. Bajo soplido y por ca-
sus patas, notaba la sualidad, la flauta –Mamá, los fideos se es-
hierba fresca y sen- emitió un suave y tán pegando.
tía el aroma de las dulce sonido. –Déjalos que se maten.
primeras lilas de la El burrito se que-
estación. Al menos, dó atónito y con la
el crudo invierno ya boca abierta. No
había desapareci- sabía qué había su- –¿Cuál es tu plato favorito
do. cedido ni cómo se y por qué?
–¡Uy! ¿Pero qué habían producido
es esto? ¿Será un esas notas, pero –El hondo, porque cabe más
palo? ¿Una piedra daba igual. Se puso comida.
alargada?… ¡Qué tan contento que
objeto tan raro! comenzó a dar sal-

