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El viejo tonto que removió montañas


                              ADAPTACIÓN DE UNA ANTIGUA FÁBULA CHINA
















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                                                                                                                  de la montaña y pone
                                                                                                           un huevo. Si el viento
                                                                                                           sopla de este a oeste,
                                                                                                           ¿hacia dónde caerá el huevo?       NO PONE HUEVOS






                                                                                                                  ¿Cómo se saca
                                                                                                                  un elefante de
                                                                                                              una piscina?         MOJADO






                                                                                                                  Estoy llena de agujeros pero
           Las montañas Tai-    los peñascos?           bas en esas montañas.   sivamente, de genera-
        hang y Wangwu son           –Con calma, además  ¿Cómo va a remover      ción en generación. Y             igual contengo el agua.
        unas enormes paredes    los vaciaremos en el mar  tierras y piedras en tal  como estas montañas       ¿Qué soy?
        de piedra de gran altu-  –fue la respuesta.     cantidad?               no crecen, ¿por qué no
        ra que ocupan parte de     Entonces el Viejo       El Viejo Tonto exha-  vamos a ser capaces de                                 UNA ESPONJA
        la región cercana al mar  Tonto partió con sus  ló un largo suspiro, pen-  terminar de remover-
        en el centro de China.  hijos y nietos. Tres de  sando de dónde sacó    las?
           La mayor parte de la  ellos llevaron carreti-  su vecino el apodo de    Fue así que ante ese
        población se ubicaba al  llas cargadas de canas-  Sabio.                pensamiento del Viejo             Me compran negro,
        sur de las montañas,    tos. Removieron pie-       –¡Qué torpe es Ud.!  Tonto, el Sabio no tuvo           me usan rojo, me tiran gris
        pero aún quedaba una    dras y tierra y, en los  –le dijo. No tiene ni si-  nada que responder.                        ¿Qué soy?
        pequeña aldea al norte  canastos las acarrearon  quiera la intuición del   MORALEJA.  Toda
        donde vivía junto a su  al mar. Una vecina lla-  hijito de la viuda. Aun-  tarea, por grande que                                         EL CARBÓN
        esposa, un anciano de   mada Jing, era viuda y  que yo muera, queda-    sea, se consigue reali-
        unos noventa años al    tenía un hijito de siete  rán mis hijos y los hijos  zar con esfuerzo conti-
        que llamaban el  Viejo  u ocho años, este niño  de mis hijos; y así suce-  nuo y dedicación.
        Tonto, y en la aldea    fue con ellos para ayu-
        también residían sus    darles. En cada viaje
        hijos y nietos.         tardaban varios meses.
           Su casa miraba ha-      Cuando iban y cuan-
        cia estas montañas y él  do retornaban pasaban
        encontraba bastante     por un camino lindero
        incómodo y agotador     al río, que era el más
        tener que dar un rodeo  corto para llegar al mar
        cada vez que salía a    rodeando las monta-                 –¿Qué es peor que
        buscar provisiones al   ñas, donde había algu-              encontrar un gusano
        pueblo o regresaba del  nas casas.                     en una manzana?
        mandado. Así, un día       En una de ellas, que        –Encontrar medio.
        reunió a toda su fami-  quedaba en una vuelta
        lia, esposa, hijos y nie-  del río muy cercana al
        tos para discutir el    camino y tenía a la vis-
        asunto.                 ta un pozo de agua, vi-           Llaman a la puerta y es un
           –¿Y si todos juntos  vía un hombre a quien             técnico del municipio.
        trabajáramos para des-  llamaban El Sabio,
        montar las montañas?    quien al verlos pasar       –Perdone, pero vamos a proceder a
        –sugirió. Entonces po-  tan seguido y tan can-      demoler la casa  del terreno contiguo.
        dríamos abrir un cami-  sados se reía de sus es-    –¿Conmiguo?
        no hacia el sur, hasta la  fuerzos. Hasta que un
        orilla del río Hanshui.  día de mucho sol en el
           Al escuchar esas pa-  que pasaron a pedirle
        labras la mayoría de la  si les podía compartir           Pero mira que te he dicho
        familia estuvo de       un poco de agua, trató            diez mil millones de veces
        acuerdo. Sólo su mujer  de disuadirlos, enoja-            que no exageres…
        dudaba.                 do.
           –No tienen la fuerza    –¡Basta de esta ton-
        necesaria, ni siquiera  tería! –exclamaba.                –Cariño, ¿has visto el libro
        para desmontar un pe-   ¡Qué estúpido es todo
        queño cerro –objetó–.   esto de remover los               ‘Cómo vivir 100 años’?
        ¿Cómo podrán remo-      montes! Tan viejo y         –Sí, lo tiré a la basura, tu madre
        ver esas dos montañas?  débil como es usted no      lo estaba leyendo.
        Además, ¿a dónde van    será capaz de arrancar
        a vaciar toda la tierra y  ni un puñado de hier-
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