Desde los orígenes de la humanidad la química siempre ha ocupado un lugar importante y especial en su desarrollo. No importa dónde uno se encuentre, en el dormitorio, la cocina, caminando en la calle o manejando el auto; si nos tomamos un tiempo y observamos a nuestro alrededor, todo lo que vemos está compuesto por átomos, que al combinarse pueden formar estructuras más complejas que dan lugar a los plásticos, metales, telas, etc.
El llanto de las cebollas
Los humanos podemos llorar por muchos factores como emociones o situaciones que pueden involucrar desde tristeza a alegría.
Pero también existe otra razón que nos lleva a soltar algunas lágrimas en la cocina. Seguramente cuando cortamos una cebolla sentimos algo en los ojos que nos hace lagrimear. Esto se debe a que en la cebolla existen algunos compuestos derivados del azufre.
Al cortar la cebolla rompemos sus células, y esto ocasiona que los químicos que estaban internamente separados se combinen formando un compuesto lacrimógeno, es decir, un gas que golpea nuestras pupilas y después llega a los nervios sensoriales de los ojos haciéndonos llorar. De hecho, algunas armas químicas se basan en este principio.
Finalmente, al detectar la irritación, las terminaciones nerviosas del ojo reaccionan produciendo más lágrimas como mecanismo de protección.
Nuevamente utilizando a la química a nuestro favor, lo que podemos hacer para disminuir la reacción que se produce al cortar la cebolla es enfriarla, al reducir la temperatura retardamos la reacción o bien podemos sumergirla en agua para cortarla, los gases liberados se diluyen y pierden su potencia.
Hay que tomar en cuenta que estos procesos podrían alterar su sabor, por lo que tal vez no quede más remedio que soltar algunas lágrimas para preparar una buena comida.
Nos gustan las carnes rojas
Desde que la humanidad aprendió que puede manejar y criar animales domesticables para su producción y consumo, la carne que se produce derivada de esta actividad juega un papel muy importante en la alimentación humana ya que es una de nuestras principales fuentes de proteínas, vitaminas y otros elementos esenciales tales como hierro, potasio, fósforo y zinc.
Ahora bien, existen carnes rojas y blancas. Básicamente, la diferencia entre los dos tipos de carnes está en su contenido de mioglobina, la cual es una proteína que forma parte del músculo y es responsable de almacenar oxígeno.
Alguna vez habrán notado que conforme se la va cortando se desprende un líquido rojizo que comúnmente confundimos con sangre.
En realidad, lo que se observa es la mioglobina, compuesto que no sólo ayuda a almacenar oxígeno sino que también le da el característico color rojo de la carne.
La miel no vence nunca
La miel es un fluido muy dulce y viscoso producido por el género de abejas Apis.
Se ha utilizado desde hace muchos años en todo el mundo y su principal componente son carbohidratos.
Precisamente, éstos son los responsables de su intensa dulzura. La explicación de que no tenga fecha de vencimiento se debe a su bajo contenido de agua, que da como resultado que a los microorganismos les resulte imposible sobrevivir en ella, pudiendo así conservarse durante años sin perder sus propiedades.