El palmirense Martín Pérez Banchero, exedil departamental de Colonia, demostró ser hombre de fuertes convicciones.

Consultado por la dirección de NOTICIAS, manifestó su profundo dolor, aseguró que no puede creer que deba dejar la política y dedicarse a su profesión, aunque también la ama. Más allá de sus declaraciones, quedan ríos de tinta que verter sobre la judicialización de la política y la actitud del Partido Colorado de amparar una gestión comprometida, que tantos votos le restó en todo el país.

La alarma surge por cuanto la Justicia mira livianamente el TOCAF. ¿Queda alguien que pueda defender las conductas políticas reñidas con las leyes cuando la justicia no lo hace? Demos un paso al costado y esperemos que la alarma pública llegue a los estrados.

Su acción decidida como director Nacional de Turismo durante la gestión de Cardoso, impidió al Ministerio pagar injustificadamente gastos que no se habían corroborado, evitando perjuicios irreparables al Estado uruguayo. La negación a firmar del Dr, Banchero ahorró al Estado un millón de dólares en cartelería que nunca se instaló y pagos a una empresa publicitaria inexistente.

La probidad de su conducta lo honra y honra el apellido ilustre que lleva con dignidad, aunque le costara ser apartado del cargo.

La política uruguaya necesita muchos gestos como éstos.

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