El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria concretó en setiembre el primer envío de semillas uruguayas para conservación a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, conocida como la bóveda del fin del mundo.
El objetivo es tener una copia de seguridad de variedades de interés productivo y humanitario, en un ambiente que brinda condiciones de conservación por más de 50 años.
INIA cuenta con bancos de germoplasma que almacenan miles de semillas de plantas de interés productivo para el país, uno funciona desde 1993 en la estación de La Estanzuela, precisamente desde allí se hizo el envío a esta bóveda perteneciente al gobierno de Noruega que se encuentra en el océano Glacial Ártico.
Este primer respaldo está conformado por 1892 muestras de semillas de trigo y cebada. De esta forma, el banco de germoplasma de La Estanzuela será uno de los 41 del mundo que respalda semillas en estas instalaciones.
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