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Prisionero de la esperanza
Crecí oyendo que la espe- escribió pero que están por- sitario destacado en Alemania perseguidas a muerte por un
ranza es lo último que se pier- que cada lectura no es una re- y en el mundo. Años más tar- imperio enemigo con el que
de. Seguramente repetí la fra- petición del contenido sino de dirá: “no encontré a Cris- militar y humanamente cual-
se como si fuera un estímulo una generación de otros que to, fue Él quien me encontró a quier comparación de fuerzas
en el desafío de vivir. A medi- se producen del encuentro en- mí.” resultaría ridícula? Las visiones
da que uno empieza a pensar tre quien escribió y quien lee. En esas noches en las que de Juan, maltratadas hasta el
lo que ha aprendido a repe- Sus respuestas no son las mis- el pícaro sueño no quiere ve- infinito por interpretaciones
tir, la luz del semáforo fue mas cuando mis preguntas han nir, me da por pensar. ¿Dónde de todo calibre, muestran el
pasando de amarillo a naran- cambiado. No volví a leerlo, puede crecer la esperanza triunfo de un mundo nuevo
ja hasta que quedó fijada en sólo le pasé la vista por el índi- cuando se la deja sin espacio? cuya descripción suena hasta
un rojo intenso. Es lo último ce, la contratapa y algunas lí- Y cuándo fue lo último que se exageradamente utópica. “Ya
que se pierde, pero se pier- neas intermedias. Pasó a en- perdió, pero se perdió ¿con no habrá más muerte, ni llan-
de. ¿Cabe la posibilidad de grosar la deuda de lectura que qué se llena ese vacío? Por to, ni lamento, ni dolor.” El
que la esperanza se pierda? estoy seguro que no parará de último, ¿qué decimos cuando Apocalipsis, sinónimo de catás-
Y si fuera, ¿qué la sustituye? crecer a medida que más vaya decimos esperanza? Cuando trofe en las desconsideradas
Columnista invitado
¿O deja un lugar vacío? leyendo. estoy por encontrar todas las consideraciones al uso, es de Oscar Geymonat
Me dio por volver sobre Moltmann lo escribió en respuestas me gana el sueño una esperanza desbordante.
el asunto el martes pasado 1964. Le tocó reconstruir la y me despierto, gracias a Dios, Moltmann entiende la es- una vida con sentido de soli-
cuando me enteré de la esperanza en una sociedad en con las preguntas abiertas. peranza como fuerza trans- daridad y búsqueda de justi-
muerte, ocurrida el día an- la que la convivencia fuera Moltmann encuentra en la formadora de la realidad. cia, deja un vacío, e imagino
terior, de Jürgen Moltmann. posible. Durante la Segunda fe la razón para la esperanza Tiene necesariamente que con qué puede llenarse, me
Tenía 98 años, vivía en Ale- Guerra Mundial fue obligado a la que entiende como el nacer de un pensamiento no vine el insomnio. Porque el
mania. a alistarse en el ejército. De motor de toda construcción adaptado a las lógicas que ri- escepticismo absoluto, her-
En la biblioteca tengo un 1945 a 1948 fue prisionero de comunitaria. Algo así como gen una realidad que genera mano de los fundamentalis-
libro suyo titulado Teología guerra en un campo de Bélgi- una esperanza escatológica. destrucción. “No se amolden mos varios, parientes del
de la esperanza. Hace años ca. No sólo los horrores que No es el primero ni mucho al tiempo presente”, diría el enojo que se vuelve rector
lo leí y fue parte de algún vivió sino de los que supo de menos. La literatura apocalíp- apóstol Pablo, “cambien su de conductas y decisiones,
programa de estudio. Es de otros campos de exterminio, tica es una muestra de esa es- manera de pensar para que son los peores sustitutos.
esos que se guardan porque lo llevaron a declarar la pérdi- peranza que viene de más allá así cambie su manera de vi- Moltmann no está. ¿Vol-
sobre ellos hay que volver. Y da de toda esperanza en la de lo que se ve. vir”. La paz no se construye veré a leer Teología de la es-
como todos los de su especie cultura germana. Contribuyó El Apocalipsis de Juan, el con la lógica de la guerra. La peranza? El desafío es defen-
sabe esperar con paciencia a distribuir clandestinamente último libro de la Biblia, con justicia no se logra con la lógi- derla. El profeta Zacarías lla-
y asombroso respeto por el fotos de estos campos para mucha razón catalogado ca del crecimiento individual ma al pueblo “prisionero de
tiempo ajeno. No es verdad concienciar a sus compañeros. como el más citado y el menos que vuelve al prójimo un com- la esperanza.” Quiero serlo.
que hacía treinta años que Porque el viento sopla y leído, es un ejemplo clarísimo. petidor y por último un ene- Dicen que la expresión no
no lo abría. Hacía más. No uno no sabe de dónde viene, ¿De dónde puede venir la es- migo. está bien traducida. Será
sólo sigue vigente. Está car- fue allí que descubrió su fe re- peranza para aquellas peque- Cuando pienso que la espe- entonces el más genial de los
gado de novedades que no ligiosa. Fue un profesor univer- ñas comunidades dispersas y ranza en la construcción de errores.-