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Viernes 10 de Febrero de 2023
El Cometa
VERSIÓN LIBRE DE CUENTO CLÁSICO DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN
El día más desaprovechado
de todos los días
es aquel en el que
no nos hemos reído.
NICOLAS-SÉBASTIEN ROCH
No busques personas
con tus mismos gustos,
busca con tus mismos
valores.
ANÓNIMO
Y vino el cometa: bri- del lila al azul, adquirien- Fíjense, si no, en las per- aunque algo roncas po- La persona que no ha amado
lló con su núcleo de fuego do luego un tono verde sonas y en los aconteci- dían tocar las melodías de apasionadamente
y amenazó con la cola. Lo como hoja del bosque mientos, y se darán cuen- toda una generación. El
vieron desde el rico pala- cuando el sol brilla a su ta de que siempre vuel- viejo recordaba muchas ignora la mitad
cio y desde el pobre ran- través. ven, con ropaje distinto, cosas, alegres y tristes, su- más bella de la vida.
cho; lo vio el gentío que -Que tengas tantos en otros países. cedidas durante todos
hormiguea en la calle y el años en la Tierra como Y el maestro les contó aquellos años desde que STENDHAL
viajero que cruza llanos pompas de jabón has he- el episodio de Guillermo siendo niño viera el co-
desiertos y solitarios. Y a cho -murmuraba la ma- Tell, que de un flechazo meta hasta su actual re-
cada uno inspiraba pen- dre. derribó una manzana co- aparición. Recordaba lo
samientos distintos. -¿Tantos, tantos? - locada sobre la cabeza de que su madre había dicho Se necesitan dos años
-¡Salgan a ver el signo preguntó el niño-. -No ter- su hijo; pero antes de dis- acerca de la viruta de la para aprender a hablar
del cielo! ¡Salgan a con- minaré nunca las pompas parar la flecha escondió vela, recordaba también
templar este bellísimo es- con toda esta agua-. Y el otra en su pecho, desti- las hermosas pompas de y sesenta para aprender
pectáculo! -exclamaba la niño sopla que sopla. nada a atravesar el cora- jabón, cada una de las
gente; y todo el mundo se -¡Ahí vuela un año, ahí zón del malvado tirano. cuales era un año -le ha- a callar.
apresuraba, afanoso de vuela un año! ¡Mira cómo La cosa ocurrió en Suiza, bía dicho-, y ¡qué brillan- ERNEST HEMINGWAY
verlo. vuelan! -exclamaba a pero muchos años antes tes y ricas de colores!
Pero en un cuartucho, cada nueva burbuja que había sucedido lo mismo Tenía fija la mirada en
una mujer trabajaba jun- se soltaba y emprendía el en Dinamarca, donde Pal- la ventana; por el cielo
to a su hijito. La vela de vuelo. Algunas fueron a natoke también fue con- desfilaba una nube, y de
sebo ardía mal, chisporro- pararle a los ojos; aquello denado a derribar una pronto vio el cometa en
teando, y la mujer creyó ardía, quemaba; le aso- manzana puesta sobre la el espacio sereno, con su
ver una viruta en la bujía; maron las lágrimas. En cabeza de su hijo y tam- brillante núcleo y su ca-
el sebo formaba una pun- cada burbuja veía una bién él se guardó una fle- bellera.
ta y se curvaba, y aquello, imagen de lo por venir, cha para vengarse. Todo Le pareció que lo ha-
creía ella, significaba que brillante por demás. volverá, como los come- bía visto la víspera, y, sin
su hijito no tardaría en -¡Ahora se ve el come- tas, los cuales se alejan, embargo, mediaba toda
morir, pues la punta se ta! -gritaron los vecinos-. desaparecen y vuelven. una larga vida entre aque-
volvía contra él. Era una ¡Salgan a verlo, no se que- Había dispuesto su jar- llos días y los presentes.
vieja superstición, pero la den adentro! dín de manera que repro- Entonces era un niño y las
mujer la creía. La madre salió enton- dujese el mapa de Dina- pompas le decían: "¡Ade-
Pero justamente ces, llevando al niño de la marca. Estaban allí las lante!". Hoy todo le decía:
aquel niño estaba desti- mano; el pequeño tuvo plantas y las flores tal "¡Atrás!". Sintió revivir los
nado a vivir muchos años que dejar el tubito de ar- como aparecen distribui- pensamientos y la fe de su
sobre la Tierra y a ver cilla y las pompas de ja- das en las diferentes re- infancia, sus ojos brillaron
aquel mismo cometa bón; había salido el co- giones del país. y su mano se posó sobre
cuando, sesenta años meta. Estaban esperando el las teclas; el piano emitió
más tarde, volviera a apa- -Nuestros hijos y nie- cometa, el buen señor les un sonido como si saltara
recer. tos tal vez habrán muerto habló de él y de lo que la una cuerda.
El pequeño no vio la antes de que vuelva a apa- gente había dicho y pen- -¡Vengan a ver el co-
viruta de la vela ni pensó recer -advertía la gente. sado sobre el astro mu- meta! -gritaban los veci-
en el astro que por prime- La mayoría de los que chos años antes, cuando nos-. El cielo está clarísi-
ra vez en su vida brillaba lo dijeron habían muerto, había aparecido por últi- mo. ¡Vengan a verlo!
en el cielo. Tenía delante en efecto, cuando apare- ma vez. El anciano maestro no
una cubeta con agua ja- ció de nuevo. Pero el niño Por espacio de dos se- contestó; había partido
bonosa en la que introdu- cuya muerte, al creer de manas enteras el cielo es- para verlo mejor; su alma
cía el extremo de un tubi- su madre, había sido pro- tuvo nublado, y a pesar seguía una órbita mayor,
to de arcilla y aspirando nosticada por la viruta de de que el meteoro brilla- en unos espacios más vas-
con la boca por el otro, la vela, estaba vivo aún, ba en el firmamento, no tos que los que recorre el
soplaba burbujas de ja- era un anciano maestro podía verse. cometa.
bón, unas grandes y otras de escuela. Los alumnos El anciano maestro es- Y otra vez lo verán des-
pequeñas. Las pompas decían que era muy sa- taba en su pequeña vi- de el rico palacio y desde
temblaban y flotaban, bio, que sabía Historia y vienda contigua a la es- el pobre rancho, desde el
presentando bellísimos y Geografía y cuanto se co- cuela, el viejo piano del bullicio de la calle y desde
cambiantes colores que noce sobre los astros. tiempo de los padres te- el erial que cruza el viaje-
iban del amarillo al rojo, -Todo vuelve -decía. - nía aún vida; las cuerdas ro solitario.