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La fuente de la juventud
ADAPTACIÓN DE LEYENDA ANÓNIMA JAPONESA
¿Cuál es el colmo
de una gallina? NO PUEDE ESCRIBIR
¿Cuál es el colmo QUE TIENE PLUMAS Y
de una botella? DORMIR DESTAPADA
RESFRIARSE POR
¿Cuál es el colmo
de un gallo?
Había una vez un vie- memoria de sus tres hijos cuerpo parecía más vi- horas, y tres, cuatro, y
jo carbonero que vivía y cada noche llevaban goroso y fortalecido. El hasta cinco, por lo que LA PIEL DE GALLINA
con su esposa, que era ofrendas y rezaban ante agua lo había hecho reju- Yoshiba empezó a pre-
también muy anciana. El él. venecer. ocuparse y decidió ir él QUE SE LE PONGA
viejo se llamaba Yoshiba Pero últimamente Sintió la necesidad de mismo al bosque a bus-
y su esposa Fumi. Vivían una nueva preocupación ir corriendo a decírselo car a su esposa.
en la isla sagrada de Mija había cubierto de con- a su esposa. Cuando Cuando llegó al claro,
Jivora, donde nadie te- goja sus corazones. Fumi lo vio llegar no re- vio la fuente, pero no en- ¿Cuál es el colmo
¿Cuál es el colmo
nía derecho a morir. Ambos eran mayores y conoció a aquel mozo contró a nadie. Entre el
de un carpintero?
Cuando una persona en- sabían que ya no les que- que de pronto se acer- murmullo de las hojas y el de una escoba?
fermaba la mandaban a daba mucho tiempo de caba a su casa, pero al crujido del agua oyó un
la isla vecina, y si por vida. Yoshiba se había estar junto a él observó leve sonido. Se acercó a AL POLVO
casualidad moría al- convertido en las manos sus ojos y lo reconoció. unas zarzas, las apartó y
guien sin síntomas, en- de su esposa Fumi, y ella Cayó desmayada al re- encontró una pequeña SER ALÉRGICA
viaban el cadáver a toda en sus ojos y sus pies, y no cordar sus años de ju- criatura que le tendía los
prisa a la otra ribera. sabían cómo podrían su- ventud, pero Yoshiba la brazos. Al levantarla, re-
La isla, la más peque- perar la muerte de uno levantó y le contó lo que conoció la mirada: era
ña del Japón, es también de ellos. ¡Oh, si tuviése- había ocurrido en el bos- Fumi, que en su ansia de
la más hermosa. Está cu- mos una larga vida por que. juventud había bebido
bierta de pinos y sauces, delante! A la mañana siguien- demasiada agua y había
en el centro se alza un Una tarde, Yoshiba te Fumi se fue al bos- llegado así hasta su pri-
magnífico y solemne sintió la necesidad de que. Yoshiba calculó dos mera infancia.
templo, cuya puerta pa- volver a ver el lugar don- horas, porque aunque a Al despertar junto a
rece que se adentra en de había trabajado du- la ida tardaría más por su amada esposa, Yoshi-
el mar. El mar es azul y rante más de cincuenta su edad y la falta de fuer- ba agradeció que todo
transparente, el aire es años. Pero al llegar al cla- za, a la vuelta llegaría fuera un sueño y que
nítido y diáfano. ro del bosque y obser- enseguida porque ha- ambos siguieran siendo
Los dos ancianos var los árboles tan cono- bría recuperado su ju- los venerados carbone-
eran admirados por el cidos, se dio cuenta que ventud. Pero pasaron dos ros de la historia.
resto de la aldea, debido había algo nuevo.
a su resignación y persis- Tantos años trabajan-
tencia a la hora de acep- do allí, y nunca se había
tar y superar los avata- fijado en que debajo del
res de la vida, y al amor árbol más grande había
mutuo que se habían pro- un manantial de agua
fesado durante más de clara y cristalina, que al
cincuenta años. caer parecía cantar, y su
Desde el día de su ca- crujido, como el de hojas
samiento, la admiración de papel arrugadas, se
y ternura fue mutua. Am- mezclaba con el murmu- Entre pared y pared
bos disfrutaron la alegría llo de los juncos al ser hay una sonora mujer,
de su enlace que se mul- movidos por el susurro de
tiplicó con creces con tres la brisa al atardecer. que con el diente llama
hermosos y fuertes hijos, Yoshiba sintió una te- a la gente.
pero también se vieron rrible sed y se acercó a la LA CAMPANA
sacudidos por la tristeza fuente. Bebió un poco de
de perderlos una noche agua.
de tormenta en el mar. Al rozar sus labios, sin-
Aunque disimulaban tió la necesidad de beber Para usarme tienes
ante sus vecinos, cuando más, pero al ir a beber
estaban solos lloraban observó su reflejo en el que romperme
abrazados y secaban sus agua y vio que habían
lágrimas en las mangas desaparecido las arrugas ¿Qué soy?
de sus kimonos. En el lu- de su rostro, su pelo era UN HUEVO
gar central de la casa otra vez una hermosa y
construyeron un altar en negra cabellera, y su