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Viernes 5 de Junio de 2020
ESOPO - VERSIÓN LIBRE SILVIA RODRÍGUEZ
Dos ratones que eran res lugares del monte
primos, vivían alejados, para recoger jugosas casa de su primo, respi- mamá!… ¡corre! - volvió
uno en un pequeño árbol frutas y riquísimas raí- ró aliviado, a pesar de a decir el ratón de ciu-
en medio de un monte ces, dónde descansar al que su corazón conti- dad. Y los dos volvieron
muy tranquilo, mientras atardecer. En la canas-
que el otro habitaba el ta cargaron guayabas, nuaba latiendo a mil por a esconderse en la rato-
sótano de un apartamen- moras, batatas de ma- hora. nera detrás del zócalo,
to en pleno centro de cachines, unos dulces –¡Ay, primo! -dijo al que ya no parecía tan
una gran ciudad. arazás, unas moradas fin el ratón de campo- linda.
Un día, el ratón de pitangas, unas nueces ¡Qué estrés! ¿Cómo Al regresar por la co-
campo invitó al primo a Pekan, flores de marce- puedes vivir en este lu- mida, con el corazón
palpitante, el ratón de
gar? ¡Casi no cuento el
su casa, para que pasara la, semillas de anaca- cuento! ciudad gritó aún más
con él unos días tranqui- huita, sus hojas y por el fuerte:
los en medio de la natu- camino encontraron –Bueno -dijo su pri-
raleza. Y el ratón de ciu- unos granos de trigo y mo- Merece la pena y a –Rápido, primo, ¡que
dad aceptó encantado. cebada que se cayeron todo te acostumbras… viene el gato!- Y salie-
Ni bien llegó a la hu- de la cosechadora. Con ya verás cuando veas ron corriendo de nuevo
milde casa de su primo, la canasta repleta de cómo es el lugar donde hacia el agujero que ha-
el ratón de ciudad de frutos multicolores re- vivo, tengo acceso di- cía las veces de casa.
El ratón de campo,
inmediato describió sus gresaron a la casa del recto a la cocina. cansado, dijo:
El ratón de campo
limitaciones: tronco. observó fascinado todos
–¡Pero qué casa tan Molió el trigo y con él –Mira, primo, me
pequeña!¡No sé cómo hizo harina que se con- los alimentos que se api- gusta mucho tu casa, y
puedes vivir en un sitio virtió en canelones, que laban en aquel lugar. sé que tienes alimentos
así! rellenó con tuco de ce- Había quesos olorosos y deliciosos, pero yo me
–Realmente no ne- bollitas silvestres, hon- empanadas, pan y fru- vuelvo a mi casita de
cesito muchas cosas -le gos y batatas de maca- ¡qué vulgaridad! -le in- hogar de su primo. Tar- tas de todo tipo. campo, donde tendré
–¡Oh! ¡Qué rico! -
contestó- Aquí me cabe chines con salsa de pi- crepó. ¡Esta es comida dó muchísimo en encon- suspiró asombrado. menos espacio y menos
alimentos exóticos, pero
todo. No quiero nada tangas y nuez condi- de pobres! Ya verás trar la casa, a pesar de ¡Qué maravilla! soy feliz, tranquilo, sin
más. mentada con semillas cuando vengas a verme que le había compartido tantos sobresaltos.
No te preocupes, soy molidas de anacahuita. a la ciudad, qué manja- su ubicación por Whats- –Tienes razón, es
feliz de este modo. Va- El postre fue una mara- res te preparo… App. ¡Estaba muy lejos! una maravilla. Siéntate El raton campesino
mos a dar una vuelta villosa ensalada de fru- El ratón de campo Además tuvo que sor- que te preparo una de- volvió con su mochilita
por el campo, traere- tas y para la sobremesa agachó la cabeza un tear decenas de peli- gustación rápida, ase- a su pequeño agujero
mos los alimentos, dis- reservó un té de marce- poco triste. Pero acce- gros: personas que casi guró pomposamente el en el viejo tronco de
fruta del aire fresco, in- la y anacahuita endul- dió a visitar a su primo lo pisan, vehículos en- citadino. árbol en medio del tran-
El ratón de ciudad co-
vitó entusiasmado el zado con miel, que le en un mes. diablados que iban a menzó a sacar comida y quilo monte de talas,
molles, espinillos, an-
ratón de campo. regaló la abeja reina. toda velocidad… Los oí- a dejarla sobre un trozo cahuitas, arazás, arra-
-Escucha, a lo lejos Fue una excelente co- El ratón de campo dos le dolían de tanto yanes y arueras, pince-
canta el sabiá. mida, pero al ratón de visita a su primo ruido, aun tosía por el de papel que había ex-
Con ilusión le mos- ciudad no pareció gus- a la ciudad humo del escape de los tendido a modo de man- lado con flores de cei-
tró a su primo dónde tarle demasiado… autos cuando casi fue tel sobre la mesada. bos, cinacinas y cere-
conseguía toda la comi- –No me digas que co- Pasó un mes y el ra- devorado por un gato Pero cuando estaban a jeiras; acompañado por
da: le enseñó los mejo- mes esto todos los días… punto de dar el primer el canto de cardenales,
tón de campo marchó callejero. bocado a un trozo de mirlos, jilgueros y ca-
con su única mochila a Cuando el ratón de queso, se oyeron unas becitas negras y el tam-
la ciudad, a visitar el campo llegó al fin a la pisadas y el ratón de bor del carpintero en
ciudad gritó: medio de la orquesta.
– ¡Corre, por tu vida! Su madre le había
¡Llega la abuela! contado que eran 450
Y los ratones se es- las variedades de aves
condieron en un aguje- en el país y a él le falta-
ro que había en la pa- ba descubrir 400.
red, a la altura del zóca-
lo del piso… Cuando la Moraleja. “Más vale
abuela se fue, volvieron vivir de tu trabajo en
a acomodarse para la una casa tranquila en
"degustación rápida" y medio de un monte, que
ahí fue cuando se escu- hacerlo con lujos en una
Largo, largo mi cuello es
charon otras pisadas casa donde no eres bien-
y tengo manchas en la piel más fuertes. venido, en medio de una
–Ay, no.. ¡viene la gran ciudad”.
¿Quien soy? LA JIRAFA
Zumba que te zumba,
van y vienen sin descanso,
de flor en flor trajinando
y nuestra vida endulzando.
¿Quien soy? LAS ABEJAS
¿Quién es este que se arrima
trayendo
su casa arriba?
¿Quien soy? EL CARACOL
Adivina quién soy yo:
al ir parece que
vengo y al venir
es que me voy.
¿Quien soy? EL CANGREJO