Sobre la línea divisoria entre Etiopía y Yibuti en África Oriental hay un lago llamado Abbe, es un lago salado que no tiene ninguna forma de salida del agua, excepto la propia evaporación, por lo que la sal está cada vez más concentrada, tanto que el agua es venenosa.
El origen de esta depresión, en ella está el punto más bajo de África, es tectónico, o sea se originó en el movimiento de las placas subterráneas, que al quedar una abertura permiten el enfriamiento de la lava subterránea, lo que apresa el vapor generado formando un lago, si además, como en este caso, al lago llega una depresión que concentra el agua que viene desde una montaña y forma el segundo río más largo de África (1200 km. de largo).
En la opinión de los geólogos, este cruce de placas subterráneas tiende a formar una depresión aún mayor, por lo que se está en proceso de formación de un nuevo océano, que terminará inundando gran parte del África Oriental, dejando al “Cuerno de África”, que comprende a Etiopía, Yibutí, Yemen, Somalía y eritrea como una isla.
El paisaje que rodea al lago está formado por una serie de chimeneas calcáreas que más bien parece una zona lunar, llena de emisión de humo subterráneo y sulfúrico.
De cualquier manera en los alrededores del lago, instalados en uno de los lugares más inhóspitos del continente africano, subsiste una población que habitan en aris aislados (chozas en forma de concha de mulita hechas de esteras de palmeras) salpican un paisaje quemado por el sol con muy poca agua para que sobrevivan las tierras de cultivo permanentes.
Éstos habitantes se llaman afares, constituyen poblaciones seminómades de viven de comercializar la sal a cambio de comida, y viven en aldeas que no tienen ningún tipo de servicios, ni siquiera agua potable, formando entonces parte de la población de uno de los países más pobres del mundo, con hambrunas prolongadas, sin salida al mar, que depende de la voluntad de Yibutí para exportar el 95% de su producción, que se compone de minerales, productos agrícolas, principalmente café, del cual vive el 25% de la población del país.
Volviendo entonces al desolado panorama del lago, luego de describir los fantasmagóricos paisajes que se aprecian y las depresiones que se han formado a lo largo de miles de años, además de la opinión especializada de los geólogos, todo el que visita la zona se convence que está en el lugar de nacimiento de un océano, aunque falten millones de años para que se concrete.