Para quienes dicen que Uruguay es un país aburrido, sin sucesos espectaculares ni audacia, recordamos un robo millonario que comenzó hace un año, porque los delitos “exitosos” también requieren su proceso y planificación.

El 6 de junio de 2021 una banda delictiva de compatriotas entró a la estancia del banquero alemán August von Finck junior, ubicada en jurisdicción de Carmelo. Forzando varias puertas en simultáneo lograron llegar a la habitación principal, de allí al subsuelo, donde solo pudieron sacar la traba de hierro de la caja fuerte y cortar su primera capa, también de hierro, que quedó tirada en el piso, según precisó la fiscal del caso.

No se pudieron determinar los motivos de su presurosa salida, pues dejaron en la escena algunas herramientas: dos tubos de oxígeno, una batería, un guante, una llave francesa, un disco de corte de amoladora y un destornillador. Quizás la información que manejaban reveló alguna falencia. Se conoció que contaban con un contacto que había realizado obras en la habitación donde se construyó la bóveda para la caja fuerte.

Volvieron a terminar la faena el 26 de julio, con herramientas más adecuadas y un tanque de oxígeno extra. Esta vez sí, se hicieron de un rendidor botín: 17 lingotes de oro valuados en USD 2,5 millones y 1000 krugerrands, una moneda de oro sudafricana.

La fortuna del barón August von Finck junior, de 91 años, según la revista Forbes alcanza los USD 8.700 millones. Integra una dinastía de banqueros y empresarios alemanes. La prensa de su país lo describe como una persona tímida y amante de las artes. Al cumplir 90 años decidió vender una parte de las acciones del banco de su familia por USD 540 millones a la compañía inglesa Barclays y poco después también vendió la aseguradora Allianz.

En la caja fuerte guardaba documentos, pertenencias de la familia y una porción de su fortuna, los lingotes habían sido retirados de un banco alemán.

Llevó cuatro meses de trabajo desmantelar la banda, sus 11 integrantes fueron detenidos en la Operación Anonymous y luego condenados por la Justicia. Pero hasta hoy, del millonario botín no hay noticias.

El jefe de Policía de Colonia, Jhonny Diego, informó que los autores de este inimaginable robo también cometieron varios hurtos en Ombúes de Lavalle. Agregó que la víctima “es una persona muy querida en la zona. Ha realizado obras de beneficencia allí”.

Más allá de lo que representa este ilícito, queda expuesto una vez más que en nuestro país “todo se sabe”, se sabe dónde están las riquezas, aunque no pensaran que de tal magnitud. También resulta probada la frecuente elección de Uruguay como destino de bienes.